Dante Gebel abrió el programa recordando "Las mascotas de antes"

Dante Gebel abrió el programa recordando "Las mascotas de antes"

El conductor apeló a su memoria y trajo al presente divertidas anécdotas de cuando le tocaba cuidar a sus perros

Una de las secciones infaltables de La Divina Noche de Dante es esta que recurre a la nostalgia del pasado y la compara con el presente a través de distintos tópicos que va sugiriendo el conductor con la siempre compañía de Camilo Quintana. En esta oportunidad, el conductor le dedicó su monólogo a las mascotas, especialmente a los perros, con quienes tiene mucha experiencia. "Me acuerdo de mi primer perro, que vino de cachorro: Croto, le pusimos de nombre", comienza Gebel. 

Y es que el experimentado conferencista trajo sobre la mesa algo que varios piensas, no importa si es bueno o malo, hoy las mascotas ocupan en la vida de las personas un lugar, casi, preferencial. "Imagínate esta situación: entras a la oficina de tu jefe y sin decirle ni buen día, le orinas la pata del escritorio. Y no solo que él no te despide, sino que se arrodilla y se pone a limpiar lo que hiciste. Bueno, eso es lo que hace una mascota: un animal al que le damos de comer, les limpiamos sus eses y encima decimos que somos sus amos, pero en realidad ellos hacen lo que quieren con nosotros", analiza de manera divertida. 

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Aunque Dante admite que le gustan los perros, reconoce que antes tener uno no llevaba tanta responsabilidad como ahora. "Nada de alimento balanceado con vitaminas y libre de gluten. Le podías revolear un hueso, verdura, una cáscara de banana, las pilas gastadas, que el perro se las comía. Y eran perros sanos", describe. Y, agrega: "Ahora, la gente llama al veterinario por el más mínimo detalle: 'Venga a ver a la Lady que anda triste, no me quiere comer, capaz que tiene un embarazo psicológico'".

Para cerrar, también se muestra sorprendido sobre la cantidad de servicios que existen para los animales, especialmente en los Estados Unidos, donde reside junto a su familia. Sin embargo, cierra con una interesante reflexión. "Como decía Mark Twain: 'Si recoges un perro hambriento y lo haces próspero, no te morderá. Esa es la principal diferencia entre un perro y un hombre'", reflexiona. 

¡Mirá el monólogo completo! 

 

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