El monólogo inicial de Dante Gebel hablando de "las madres y el videoclub"

Una de las secciones infaltables de La Divina Noche de Dante es esta que recurre a la nostalgia del pasado y la compara con el presente a través de distintos tópicos que va sugiriendo el conductor con la siempre compañía de Camilo Quintana. En la edición de hoy, Gebel apeló al pasado para traer un negocio que quedó extinto: el videoclub "Soy de una generación que íbamos al videoclub a sacar películas que venían en cajitas", rememora en el monólogo. 

Y es que seguramente para muchos esa palabra es solo parte de anécdotas de algunos padres o abuelos, pero realmente se trataba de un negocio que generaba alegría a todos los que iban a rentar algún estreno o clásico del cine. "Cuando ibas al estante de las novedades siempre estaban alquiladas. Había que esperar que las devuelvan y te recomendaban una que por supuesto era horrible. Te arruinaban el domingo", dice Dante. 

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Por supuesto que cuando uno iba a uno de estos lugares, las referencias por parte de la gente que atendían eran casi similares a la de los críticos del rubro y por eso todo cliente necesitaba esa orientación antes de seleccionar la película que quería alquilar. Quienes también eran fanáticas de los videoclubs, afirma el conductor, eran las madres que sentían cada ficción como si estuvieran pasando en la vida real. "Si era una de artes marciales te decía: 'Ay, a mí me hace mal, ver que se da tantos golpes; no sé cómo a alguien le puede gustar eso'”, recuerda en referencia a lo que sucedía en su casa.  

Con esto se quedó Dante en los minutos iniciales de su show, que las madres eran de las que más les gustaba alquilar películas, pero que también no dejaban de ser un público muy exquisito y no fácil de conformar. "Si las madres estuviesen a cargo del cine, los guiones habrían sido completamente diferentes", dice entre risas. 

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