"Los almacenes de antes": el monólogo inicial de Dante Gebel

Una de las secciones infaltables de La Divina Noche de Dante es esta que recurre a la nostalgia del pasado y la compara con el presente a través de distintos tópicos que va sugiriendo el conductor con la siempre compañía de Camilo Quintana. En esta oportunidad, el conductor habló de los "almacenes de antes", destacó la labor de quienes estaban a cargo y también recordó cómo lo mandaba su mamá a hacer los mandados. "Nosotros somos la generación que crecimos sin las grandes cadenas de supermercados, ni los supermercados chinos", comenzó. 

"En los almacenes se respiraba olor a especias, a embutidos, a jabón de lavar ropa, alpargatas de yute y kerosén, que se vendía para las estufas, el alcohol de quemar para los calentadores", detalla Gebel cuando recuerda el centro de compras al que él asistía en su querido barrio de San Martín. Además, se refirió al oficio y a la nacionalidad del almacenero. "Almaceneros de lápiz en la oreja, te hacía la cuenta a mano, sumando en un costadito del papel. Sus dueños eran o tanos o gallegos", cuenta. 

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Otra de las particularidades que recuerda la generación del conductor es que en el lugar no solo se hablaba de comida o ingredientes, también de lo que sucedía en la vecindad donde estaban ubicados. "Uno en el almacén se enteraba de todo lo que pasaba en el barrio. Eran psicólogos de mostrador. Conocían a todos y cada uno de sus clientes. Se hablaba de política, de asuntos de madres, de hemorroides, del costo de vida y más", confesó entre risas. 

"Volvamos a los almacenes de barrio, a los que recuerdo con tanta nostalgia", reclamó Dante tras enumerar los recuerdos de este local que ya está casi extinto en Buenos Aires."Porque como dijo Jean Paul, un escritor alemán 'el recuerdo es el único paraíso, del cual no podemos ser expulsados'", finalizó 

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