¿Por qué extrañamos tanto abrazar durante la pandemia del Covid-19?

¿Qué nos provoca un abrazo? ¿Por qué es tan necesario y definitorio a la hora de pensar en el bienestar para las personas? Lo cierto que un abrazo puede denotar un sinfín de emociones y sensaciones positivas. Amor, cariño, compañerismo, amistad, compañía, apoyo y más. Mucho más. "Abrazar nos genera alegría, serotonina pero, además, muchísima felicidad. Nos da contención", destacó la periodista Paula D'Ambrosio, en el aire de Conexión Jubilados.

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"Necesitamos los abrazos, algunas personas más que otras, pero en términos generales ese contacto cercano nos hace sentir bien. La responsable es la oxitocina, nos gritan desde la ciencia; esa hormona activada por los receptores que tenemos en la piel que se libera provocando una cascada de emociones positivas. Lo saben los bebés que buscan estar entre los brazos de su madre... Lo saben las mamás, que con solo tener al hijo sobre su pecho sienten que lo tienen todo.
A lo largo de la vida recibiremos y daremos miles de ellos. Abrazos de amigos, de amantes, de pasión, de alegría, y de consuelo, porque los abrazos también sirven para eso. Pero... ¿Qué pasa cuando dejamos de abrazar? ¿Cómo lo sienten nuestro cuerpo y nuestra mente? ¿Somos los mismos sin abrazos? Como si se tratara de un ensayo clínico a gran escala, un virus desconocido nos puso bajo la lupa", introduce "La vida sin abrazos", un libro escrito por las comunicadoras Gabriela Zagordo y Alejandra Maroto que invita a reflexionar sobre aquellos años de incertidumbre, cuando en 2020 el Covid-19 se apoderó del mundo entero y ya nadie más pudo mantener contacto físico. Al menos, por un largo y duro tiempo.

Respecto a la publicación del libro, recibimos a una de las autoras del mismo para ahondar más en el tema. "Es plantearnos esto, ¿cómo fue vivir sin abrazos? Y qué nos pasa ahora con aquello que vivimos. Cuando comenzó la pandemia, tuvimos que ir acostumbrándonos a un montón de cosas y situaciones diferentes. Sentimos angustia, miedo, temor. Y, al mismo tiempo, teníamos que cuidarnos y cuidar al otro. Y eso implicaba que no nos podíamos abrazar. Fue muy duro de transitar", detalló la periodista Gabriela Zagordo.

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