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Alejandro Romay
Tal vez solo le importe -desde ese lugar en el que hoy se encuentra sin tiempo tirano de televisión ni espacio finito de teatros- que se lo recuerde como el Zar de la televisión. Y seguro le gustaría seguir discutiendo, una y otra vez sin cansarse, por ser el único acreedor a este título con su eterno rival, ese otro genio llamado Goar Mestre.
28 de junio de 2022
Por Víctor Santa María
Tal vez solo le importe -desde ese lugar en el que hoy se encuentra sin tiempo tirano de televisión ni espacio finito de teatros- que se lo recuerde como el Zar de la televisión. Y seguro le gustaría seguir discutiendo, una y otra vez sin cansarse, por ser el único acreedor a este título con su eterno rival, ese otro genio llamado Goar Mestre.
Seguro también insistiría en que se lo llame aparatosamente, como fue todo en su vida, “El último Quijote del espectáculo argentino”. Nada en Don Alejandro Romay dejó de ser creativo, único y distinto. Fue un genio de la comunicación que supo llevar todo a extremos no transitados sabiendo que allí estaría ese público que nunca lo abandonó, ese al que le gustaba evocar como el que bajaba de los andamios luego de trabajar 16 horas al aire libre y solo quería entretenerse.
En su Tucumán natal empezó su carrera de locutor. Era un chico, cuenta la leyenda que solo tenía 13 años. A los 9 ya había sentido que el frío de las calles le tocaba los huesos mientras limpiaba vidrios y era cadete.
Se recibió de Perito Agrónomo y se especializó en Química industrial. A los 20 años hizo las valijas y llegó a Buenos Aires a cumplir su sueño, trabajó como locutor y fue Director de Radio Libertad (Radio del Plata), del Teatro El Nacional y del Teatro Argentino. Cuando terminaba el año 1963 se convirtió en el director de Canal 9 e inmediatamente le cambió el nombre: Canal 9 Libertad.
Alejandro Argentino Saúl quitó su apellido y tomó a manera de homenaje el del delantero de Independiente Juan Manuel Romay. Sus miles de frases marcaron estilos de conducción. Un día, harto de los conflictos que se encontraba a diario, le gritó a un director de su canal: “No quiero verlo nunca más… hasta que lo necesite”.
Fue el creador de Grandes Valores del Tango, Almorzando con Mirtha Legrand, Sábados de la Bondad y Feliz domingo para la juventud. De su increíble imaginación nacieron grandes sucesos: Alta Comedia, Mas Allá del Horizonte y La Extraña Dama.
De ese mismo Canal fue sacado a punta de pistola. Y en su libro de memorias titulado MemoriZar lo recuerda así: “Pese a todo y a todos, recuperé Canal 9 que me pertenecía 'por prepotencia de trabajo' como decía el gran Roberto Arlt. Pero eso costó mucho”. Llegaría en 1983 y sería líder de audiencia.
“Como era de esperar -evoca en MemoriZar- el siniestro mucamo de lujo que habíamos conocido en Puerta de Hierro, creador de la Triple A, planeó para los medios un plan de trabajo. Un día sin anuncio previo, apareció en mi oficina el señor Emilio Abras -por entonces Presidente del comité Federal de Radiodifusión- y un grupo de funcionarios. Ni bien se presentaron, dieron lectura a un decreto del Gobierno mediante el cual el Canal quedaba intervenido por orden de la Presidencia de la Nación”. Así en 1974, emigra a Puerto Rico.
Dos de sus teatros fueron incendiados. El Argentino en 1973 fue destruido por una bomba cuando se estaba por estrenar Jesucristo Superestar. En 1982 El Nacional fue devorado por las llamas; otra vez la Dictadura sellando a fuego su indignación por un sketch de Sexcitante.
Tuvo siete teatros (3 propios y 4 alquilados) con 7 obras récord en taquilla. Por allí pasaron todas las figuras del teatro argentino. No descuidó a ninguna y cuentan que si faltaba alguien, él levantaba el telón o cortaba tickets.
Ganó y perdió dinero en el loco mundo de los multimedios. Lo estafaron. Le secuestraron un hijo. Lo insultaron, lo burlaron, lo trataron de chavacano.
La historia de un genio. Ese mismo que nunca dudó en trasladar al exterior al hijo enfermo de un empleado en busca de una cura, el que tomaba el té con los camarógrafos porque su lugar estaba detrás de las cámaras.
Un apasionado. Un loco maravilloso que se murió un 25 de junio. Y de esto hace apenas 7 años. A nosotros solo nos toca decirle gracias y hasta luego. Nos marcó profundo.